Encuentro de todos los primeros domingos de mes,

Vamos a otra parte, hacia los barrios vecinos, a fin de que allá también yo proclame la  “Buena nueva”. (Mc. 1, 38)

El primer domingo de cada mes, de 10 a 12,30 hs, en la calle de la Convención 220, las Hermanas Franciscanas abren su Capilla y su pequeño jardín cerrado. Los fieles de Nuestra Señora de la Salette y de San Lambert vienen a ayudarlas para acoger a las personas que pasan.

 El equipo de acogida nos comparte los interesantes encuentros que se producen cada domingo: 

• Verónica: Trae muchas cargas pesadas. Después de tres años, su vida tambaleó y ahora está caída en la espiral de los accidentes psíquicos, desempleo, próxima perdida de alojamiento…La oración de los hermanos la ha reconfortado.
• Olivier : vino el mes pasado, habló de sus dificultades, siempre negándose a entrar a la capilla. Su  hijo único es autista, drama que lo rebela.  “Dios me ha traicionado!”. Pero esta vez él aceptó llegar hasta el Santísimo Sacramento para hacer una oración. Nosotras pudimos confiarlo a la Virgen y recitar juntos un Ave María… Si el próximo mes se siente atraído a venir una vez más, lo hará muchas veces más aún, seguramente!.
• Bernard es un habitante del barrio desde 1960 y no conocía  la Capilla. Él hablaba alto y con voz fuerte delante del Santísimo, molestando a la pequeña Capilla en oración. Causaba risa la alegría que brillaba en sus ojos, cuando mostraba su orgullo al explicar la etimología de su nombre “Oso corajudo”! Bernard no había puesto muchas veces sus pies en una iglesia después que sus hijos terminaron la catequesis… Nos prometió que volvería…
• Steven, un joven sud-africano, “skateboard” en mano, quedó rezando largo tiempo en la capilla y pudo dejar una intención a los pies de Jesús; nosotros rezamos juntos, a una voz el Padre Nuestro en francés y en inglés, un buen momento de fraternidad universal….
• Un matrimonio del barrio, descubrió también el claustro y la capilla por primera vez, se maravillaron por el lugar y la dedicación   a la Esperanza de la que nuestro mundo tiene tanta necesidad… Muy emocionado de recibir la palabra “Yo te amo con un Amor eterno” como una resonancia de su promesa conyugal...   
  
  

Sean ustedes bienvenidos! Sea para pasar un momento de oración  antes o después de vuestra misa dominical de la mañana, sea para ayudar al equipo presente en el lugar.   Participar de esta   misión  es mucho más fácil de lo que parece! Es suficiente saber sonreír y saber decir buen día…