Inundaciones en Brasil - 2021
Salve, oh Reina, a Ti clamamos en este valle de lágrimas!
Nosotras, Hermanas Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, de la fraternidad Nuestra Sra. del Rosario, misioneras del barrio Teotônio Vilela – Ilhéus/Bahia, hemos vivido un nacimiento de Jesús encarnado en comunión y solidaridad con nuestros hermanos víctimas de las últimas inundaciones, cuando las aguas de lluvia invadieron las rutas, las casas y los comercios. Fue una situación desgarradora en nuestra diócesis de Ilhéus. Todas fuimos alcanzadas y nos sentimos impotentes oyendo de cerca los gritos de tantos hermanos.
En medio de tantos rostros sombríos, un viejito viéndonos nos gritaba a las tres Hermanas y a un matrimonio vecino: “Hermanas, recemos para que las aguas se calmen”! Y con voces temblorosas, logramos rezar juntos, levantando las manos hacia el río y pidiendo a Nuestra Señora de caminar adelante y reducir la corriente del río. Después de dos días esto comenzó a bajar. El pobre gritaba y Iahvé lo escuchaba! Nuestra comunión se intensifica con las fuentes de solidaridad pues muchos hermanos llegaron para compartir la comida, la ropa y el material de higiene. Además de la solidaridad individual, los organismos públicos y privados se movilizaron para venir en ayuda de las personas tocadas por las inundaciones.
Ofreciendo lo mejor de nosotros mismos, en nuestra pobreza, acogemos a las familias en nuestras escuelas y les servimos las comidas. Ayudamos a las parroquias de la diócesis de Ilhéus en la organización y la distribución de la sopa y el pan. A todos nosotros Sr. Cristiane Bastos, Sr. Irene Santana et Sr. Maria das Virgens, que hemos vivido alrededor de nuestros hermanos en esta tragedia, ellos nos enseñaron que la fe en Jesús vence todo. En un espíritu de familia, nuestras hermanas de Sergipe han organizado tómbolas para recoger fondos para ayudar a los sin abrigo de Bahía.
La misión de una Iglesia en salida nos da coraje para ir hacia las periferias existenciales para una iglesia sinodal. La misión de visitar las familias continúa. Las necesidades de base ya fueron satisfechas. Ahora , el desafío es volver a dar a esas familias un mínimo de dignidad.
La caridad ama todo lo que Dios ama. (M. Luisa Mabille)