Capilla de la Esperanza -París
Consejos Ampliados 2009
En este año del octavo Centenario de la Vocación Franciscana, reunidas en Consejo Ampliado e inspiradas por el ideal del Evangelio, de la Iglesia, de Francisco y Clara de Asís y de nuestros Fundadores, nosotras, Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, hemos buscado juntas, cómo compartir la misma vida y los bienes que la Providencia pone a nuestra disposición para ser una “Profecía de la Solidaridad”.
LA PROFECIA DE LA SOLIDARIDAD
En este año del octavo Centenario de la Vocación Franciscana, reunidas en Consejo Ampliado e inspiradas por el ideal del Evangelio, de la Iglesia, de Francisco y Clara de Asís y de nuestros Fundadores, nosotras, Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, hemos buscado juntas, cómo compartir la misma vida y los bienes que la Providencia pone a nuestra disposición para ser una “Profecía de la Solidaridad”.
La fuente de nuestra inspiración es la Encarnación de Jesús que “siendo rico se hizo pobre”…Queremos encontrar el dinamismo de nuestra solidaridad en este misterio que tanto apasionó a Francisco de Asís.
Nosotras nos comprometemos a:
- ensanchar nuestra carpa, a salir de nosotras mismas para abrirnos a las necesidades de la misión en la iglesia y en el mundo de hoy;
- hacer efectivo un estilo evangélico de vida, en la pobreza, la itinerancia, la transparencia y la corresponsabilidad;
- crear una nueva cultura: la de la solidaridad, de la comunión de personas, de compartir los bienes y los dones;
- poner en marcha “la imaginación de la caridad” haciendo circular los bienes de este mundo, porque nos pertenecen a todos.
- actualizar el espíritu de nuestros orígenes con una preocupación constante de proximidad a todos los hombres, especialmente los más pobres;
- conjugar la vida de la Congregación en “nosotros”, buscando la convergencia en aquello que nos une;
- amar la diferencia, aunque nos dé miedo, para entrar en el dinamismo de la internacionalidad e interculturalidad con un espíritu evangélico.
Nos comprometemos a presentar al Señor nuestros cinco panes y dos peces, acogiendo su Palabra:” Denles ustedes mismos de comer”.